Nuestra historia

El centro especial de trabajo La Calaixera de la Associació Arep per la salut mental nace en 1999 para crear oportunidades laborales para personas con alto riesgo de exclusión. Arep ya hacía 20 años que había iniciado su camino, como asociación constituida por familias con miembros afectados por un problema de salud mental.

Desde entonces hemos vivido una transformación continua con el objetivo de mejorar la calidad de los puestos de trabajo que generamos, y de crecer para dar oportunidades a más personas.

Los primeros años de funcionamiento, bajo el nombre de Manipulados Arep, iniciamos la actividad laboral en colaboración con varias empresas del sector de manipulados, encuadernación artesanal y ebanistería.

La crisis económica de 2008 constituye un gran reto y también una oportunidad de plantear un cambio de modelo empresarial orientado a capacitar más al trabajador. Nos convertimos en La Calaixera y hacemos un nuevo plan estratégico con el apoyo de la Generalitat de Cataluña que nos lleva a cerrar el servicio de manipulados, manteniendo el servicio de encuadernación artesanal y ebanistería, y apostar por un modelo de inclusión comunitaria donde las personas con su trabajo diario ganan interacción con la comunidad.

De este giro en 2010 nace nuestro servicio de pintura y el de distribución de papelería y material de oficina y en 2011 ponemos en marcha el servicio de mensajería y damos un paso más para acercarnos a la comunidad con el reparto de paquetes en domicilios y empresas. Este servicio recibió el Premio Integra de BBVA en 2012 con el proyecto “A tu ritmo” por ser uno de los 5 modelos innovadores sociales más destacados del estado.

En el espacio donde estaba ubicado el taller de ebanistería, que cierra definitivamente su actividad, gracias a la colaboración de la Obra Social La Caixa en 2014 iniciamos las obras en los bajos del edificio de Arep para hacer la tienda de alimentación Cal Romesco. Nos abrimos a la calle y al barrio, un gran paso para invitar al vecindario a nuestra casa y romper el miedo de este edificio tan grande y tan desconocido, con una propuesta de comercio de productos sociales, ecológicos y de proximidad.

Hoy en La Calaixera trabajan 55 personas con discapacidad por problemas de salud mental y seguimos cada día comprometidos con desarrollar nuestro trabajo con la máxima profesionalidad para satisfacer las necesidades de nuestros clientes.